Banderas contra la paz



Viendo las imágenes de la manifestación del Partido Popular, me vienen a la memoria otros tiempos que, uno creía ya superados. Los recuerdos de la peor España se evocan aún sin querer; ver ese mar de banderas al viento, acompañados de todo el griterío de los peores insultos y descalificaciones contra el gobierno y su Presidente, uno no puede evitar el pensar en el enorme favor que le están haciendo a ETA; también, en que ese derroche de esfuerzos y recursos, si se dedicara a ayudar al gobierno, tal vez terminaríamos con ella más pronto, y evitaríamos mucho sufrimiento injusto e innecesario. Pero claro, el Partido Popular no quiere eso; lo que quiere es terminar con el gobierno del PSOE. En ello ha concentrado todas sus energías y dedica sus mejores esfuerzos, ya que todavía no han superado el perder las elecciones.
Todo esto, siendo grave, no es lo peor; lo realmente grave es que la confrontación, el odio, el clima gerracivilista se está instalando en nuestro país y eso costará mucho recomponer.
Uno no puede evitar sentir un gran cansancio, una gran decepción y un cierto desgarro interior que te produce una cierta melancolía; pero no están los tiempos para melancolías. Nos toca vivir tiempos duros, de combate político “bloque contra bloque”; es triste, pero así están las cosas por estos pagos. Uno diría aquello de: “Que paren España que yo me bajo”.
Estoy dolorosamente harto de la política de crispación constante que práctica el Partido Popular, el pueblo español no se la merece y hay que denunciarla de manera contundente y con la unión de todos los demócratas. Y digo bien, de los demócratas.