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23 d’abril, 2007

La democracia está viva



Observar las elecciones francesas desde este lado de los Pirineos, produce una cierta envidia, sana, pero envidia. El cuerpo electoral francés-los votantes-ha tenido un comportamiento ejemplar; en realidad toda la campaña electoral ha sido ejemplar. Esta ha sido muy larga, se desmiente así que las campañas largas cansan a la gente y desmovilizan al elector. Lo que realmente fatiga son las campañas que no conectan con las preocupaciones y los intereses de la gente, con lo que es el verdadero sentir popular; esta campaña-repito, muy larga- ha sido magníficamente llevada por los principales candidatos, que han logrado conectar con el pueblo francés y han sabido dar respuestas a sus preocupaciones. Solo hay que recodar aquí, la cantidad de reuniones y encuentros hechos por la candidata socialista S. Royal, pero también Sarkosy hizo lo propio; creo que hay que señalar, también el papel desempeñado por el candidato centrista Sr.Bayrou.
Francia hace tiempo que atraviesa una cierta crisis, que ya se reflejó en las elecciones del 92 y no se le había dado respuesta. Para decirlo de modo simple: ahora se ha diagnosticado y se le intenta dar respuesta. A mi modo de ver era una exigencia del pueblo francés y este ha emitido un primer veredicto de por donde deben ir las cosas: Se han barrido los extremos y el pragmatismo republicano ha aparecido de manera arrolladora. Que la repuesta final se oriente hacia el centroizquierda o el centroderecha dependerá de cómo ajusten los mensajes finales los dos candidatos. En apariencia el Sr. Sarkosy tiene más posibilidades, pero yo creo que no es así; la contienda está más abierta de lo que aparece a simple vista. Mi opinión es que la segunda vuelta es una nueva campaña electoral, solo había que oír a los dos candidatos la noche del domingo: Ni un ataque, ni un reproche mutuo, máximo respeto hacia el adversario. Los dos habían leído muy bien el mensaje que les mandaba el elector francés, (. Por cierto, haría muy bien el P. Popular aprendiendo de sus vecinos).
Debemos aprender de la gran lección de democracia de nuestros vecinos, de la musculatura democrática demostrada por la república francesa. Es un gran éxito del que debemos extraer las enseñanzas positivas que se desprenden de ello. España lo necesita y el pueblo español se lo merece. Creo que todos podremos convenir que una participación del 85% no sale porque si. Hay mucha política –de la buena- detrás. En resumen, un día feliz para la democracia.